Las Palomas, 13-10-2023.
Los habitantes de Los Miranda, una comunidad perteneciente al distrito municipal de Las Palomas, Licey al Medio, Santiago han alzado sus voces en protesta contra una fábrica de polímeros que ha estado operando sin los debidos permisos legales de medio ambiente y sin haber completado un estudio de impacto ambiental.
El profesor Rafael Castillo, un respetado miembro de la comunidad y destacado dirigente comunitario, anunció que están dispuestos a luchar incansablemente hasta lograr que esta fábrica sea trasladada fuera de su zona.
La fábrica de polímeros, ubicada en el corazón de Los Miranda, ha sido motivo de creciente preocupación para los residentes de la comunidad. A pesar de los numerosos informes y quejas presentados por los habitantes, la fábrica ha continuado operando a cielo abierto, generando una creciente contaminación ambiental en la zona.
La falta de los debidos permisos ambientales y la ausencia de un estudio de impacto ambiental han hecho que esta fábrica de polímeros sea considerada una amenaza para la salud de los residentes y para el ecosistema local.
El profesor Rafael Castillo, en nombre de la comunidad, ha expresado su enérgico descontento ante esta situación. "No descansaremos hasta que esta fábrica se retire de nuestra comunidad y se instale en un lugar adecuado y seguro", afirmó el dirigente comunitario.
La protesta ha comenzado con la organización de manifestaciones pacíficas, así como la recopilación de firmas para respaldar su causa. Castillo anunció que también estarán en contacto con las autoridades pertinentes y buscarán asesoría legal para garantizar que se haga justicia.
Las autoridades locales han expresado su interés en abordar este problema y han prometido investigar el funcionamiento de la fábrica de polímeros y tomar las medidas necesarias para proteger la salud y el bienestar de la comunidad de Los Miranda.
La comunidad de Los Miranda está decidida a mantener la presión y asegurarse de que esta situación se resuelva a su favor. En las próximas semanas, planean intensificar sus acciones y continuar buscando el apoyo de otras organizaciones y comunidades preocupadas por el medio ambiente.
El compromiso de la comunidad es claro: no descansarán hasta que la fábrica de polímeros abandone su área y se tomen medidas para prevenir futuras amenazas al medio ambiente y la salud de sus residentes.