Lo ocurrido en la Ciudad Colonial de Santo Domingo durante la celebración de Halloween convertido en un caos sin precedente

Ayer en la mañana la Ciudad Colonial había recuperado la limpieza después del desorden colosal del sábado en la noche.JORGE_MARTINEZ

Por Alfonso Alvarez

Lo ocurrido en la Ciudad Colonial de Santo Domingo durante la celebración de Halloween es un ejemplo de cómo un evento que debería ser una celebración festiva puede convertirse en un caos. Los testimonios de los habitantes y testigos describen una situación caótica y perturbadora que afectó la paz y la seguridad de la comunidad. Aquí hay algunas observaciones clave sobre este incidente:

Desorden y descontrol: La aglomeración de más de 3,000 personas en la Ciudad Colonial, atraídas por una convocatoria en las redes sociales, provocó un caos incontrolable. Las calles y los parques se llenaron de personas, y la situación se salió de control.

Comportamiento inadecuado: Los testigos describen un comportamiento lamentable por parte de los asistentes. Hubo personas que orinaron en las calles y dañaron propiedades, incluyendo vehículos, negocios y propiedades históricas.

Impacto en la comunidad: Los residentes de la Ciudad Colonial se sintieron invadidos y atemorizados por la situación. La comunidad, que suele ser pacífica, se vio afectada negativamente por la presencia masiva de personas en la zona.

Daños y violencia: Hubo daños materiales, como cristales de negocios rotos y abolladuras en vehículos. Además, se informaron incidentes de atracos a mano armada y enfrentamientos entre bandas, lo que resultó en heridos.

Falta de respeto a lugares históricos: La Ciudad Colonial es un lugar de importancia histórica y turística en la República Dominicana. Los asistentes no mostraron respeto por los monumentos y lugares emblemáticos de la zona.

En resumen, lo ocurrido durante la celebración de Halloween en la Ciudad Colonial destaca la importancia de garantizar un comportamiento responsable y respetuoso en eventos públicos para evitar situaciones de caos y violencia que afecten a la comunidad y a la propiedad pública y privada. Además, las autoridades deben tomar medidas para prevenir incidentes similares en el futuro y garantizar la seguridad de los residentes y visitantes.