
Un fuerte terremoto de magnitud 7,1 en la región china de Xinjiang ha dejado a más de 12,000 personas desplazadas, viviendo en carpas y refugios improvisados mientras se enfrentan a temperaturas bajo cero. El sismo ocurrió en una zona remota cerca de la frontera con Kazajistán, en el condado Uchturpan, y ha causado daños significativos en un clima extremadamente frío. Aunque la población en el epicentro es escasa, se registraron tres muertes, cinco heridos y daños a cientos de edificios.
Las autoridades han evacuado a más de 12,000 personas, y se espera que regresen a sus hogares después de que se realicen las evaluaciones de estabilidad de las viviendas. La región afectada está habitada principalmente por kirguises y uigures, minorías étnicas musulmanas que han enfrentado una campaña estatal de asimilación forzosa y detenciones masivas. La región está fuertemente militarizada, y las imágenes muestran a paramilitares participando en las labores de rescate y ayuda.
El terremoto ha resaltado la vulnerabilidad de estas comunidades en una zona geográfica y política compleja. A pesar de la magnitud del sismo, las autoridades informan que la situación de muertos y heridos no es grave. Se están llevando a cabo esfuerzos de rescate y se están proporcionando materiales de emergencia, como abrigos y carpas, para apoyar a los afectados.