Vivienda de una de las familias afectadasEn la apacible localidad de Monte Cristo, la Casa Charlet ha sido testigo silenciosa de un relato que se extiende a lo largo de casi tres décadas, sumergiéndose en las complejidades de la historia dominicana. Propiedad de Rogelio Batista Medina, un ciudadano dominicano que dejó su hogar en 2014 para establecerse en Estados Unidos, esta casa ha sido el epicentro de una disputa que desentraña las capas más profundas de la cultura local.
La Casa Charlet, ubicada en un batey, término utilizado para describir viviendas familiares en la República Dominicana, fue entregada por el gobierno dominicano a diferentes beneficiarios hace casi treinta años. En este contexto, las casas familiares similares se agrupan bajo el nombre de “Batey”, creando una comunidad única con sus propias tradiciones y relaciones.
Rogelio Batista Medina, al emigrar a Estados Unidos, confió la custodia de la Casa Charlet a su hermana Favia Batista Medina. Un poder notarizado formalizó este acuerdo, delegando la responsabilidad de mantener la propiedad en condiciones óptimas y habitables. Sin embargo, lo que parecía ser un acuerdo sencillo pronto se vio envuelto en una trama compleja.
En paralelo a esta historia, se desarrolla el intrigante pasado del Proyecto Agrario La Cruz de Manzanillo, establecido en 1943 mediante un acuerdo entre el gobierno de Trujillo y la empresa estadounidense La Engrenada Company. Este proyecto buscaba impulsar la producción y exportación de banano, contribuyendo así al desarrollo económico de la región.
El conflicto actual se centra en la figura de Pablo Toribio, hermano del dueño finquero de la plantación de bananos, apodado Chucho Leonardo Toribio. Este personaje ha protagonizado una serie de amenazas y hostigamientos hacia la familia Batista Medina. A pesar de las denuncias presentadas, las autoridades han minimizado las acusaciones, considerándolas “menores y simples”.
La familia, desesperada por la seguridad de su hogar, ha solicitado el cierre de su vivienda. En un incidente preocupante, Pablo Toribio se presentó en la casa de la familia, armado y amenazante. Las autoridades, presuntamente vinculadas a prácticas corruptas, han retirado incluso los postes de la empalizada que dividía la propiedad, bajo la justificación de que son “problemas simples”.
Este tenso escenario llevó al comunicador Carlos Miguel Fernande a encabezar una comisión de periodistas representando a medios destacados como Licey, Planovision y Las Paloma TV. Su visita a Monte Cristo tuvo como objetivo principal documentar de cerca la situación de la familia Batista Medina y los conflictos asociados al proyecto agrario. El reporte resultante destaca las tensiones palpables en la zona y subraya la necesidad urgente de abordar este caso.
En conclusión, la Casa Charlet, con sus décadas de historia, se erige como un símbolo de lucha y resistencia en medio de un entorno cargado de tensiones. El conflicto actual no solo revela las complejidades de las dinámicas familiares y comunitarias, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre la justicia y la integridad en la República Dominicana.