Las bandas haitianas disponen de fusiles de asalto M-16, AK-47 y Galil con los que mantienen el control de Puerto Príncipe y las principales carreteras.Antes del último estallido de violencia en Haití, el autodenominado "rey" de una pandilla se declaró culpable en una corte estadounidense de traficar ametralladoras AK47 y un arma de calibre .50 a la nación más pobre de América.
Aunque las autoridades persiguen agresivamente a los contrabandistas de armas, como Joly Germine de 31 años, cuya declaración de culpabilidad apenas hace mella en la violencia del país, Haití ha estado plagada de armas de contrabando provenientes de otros países, con Estados Unidos como un punto crucial de origen.
Según expertos, es difícil determinar la cantidad exacta, pero se estima que solo una fracción mínima de las cientos de miles de armas en el país fueron adquiridas de forma legal.
"Haití no tiene una industria de armas de fuego o de municiones y hay leyes que restringen la posesión legal", destacó un informe de la agencia de la ONU para las drogas y el delito (UNODC).
A pesar de las restricciones de importación de armas impuestas por la ONU, los contrabandistas de Estados Unidos y las pandillas haitianas han logrado infiltrarse en los puertos, utilizando diversas técnicas para ocultar las armas.
El líder pandillero Jimmy "Barbecue" Cherizier ha sido visto junto a sus cómplices portando rifles Galil, M16 u otros similares, según expertos que analizaron imágenes publicadas por la AFP.
El informe destaca que "rifles de alto poder como los AK47, AR15 y Galil son cada vez más demandados por las pandillas", reflejando una tendencia preocupante en el país.
El cargamento de armas de Germine fue uno de los más grandes intentos de contrabando, lo que resalta la complejidad del problema. Los contrabandistas a menudo encuentran maneras de pasar armas en envíos de carga aparentemente legítimos, dificultando la detección por parte de las autoridades.
Mientras tanto, en Haití, la violencia entre la policía y las pandillas armadas persiste, con estas últimas controlando una gran parte de la capital. Los ciudadanos, preocupados por su seguridad, han levantado barricadas en las calles como medida de protección.