Personas provenientes de diversas nacionalidades, que se encontraban en Haití por razones que incluyen adopciones, trabajo misionero y humanitario, se encuentran atrapadas en hoteles y casas, sin poder salir por aire, mar o tierra. Los aeropuertos de Puerto Príncipe permanecen cerrados debido a los ataques de pandillas y la situación de violencia que ha llevado al estado de emergencia y toque de queda nocturno.
La comunidad internacional en Haití, compuesta por personas que han viajado al país con diversos propósitos, está lidiando con la incertidumbre y la falta de opciones para abandonar el país. Algunos han agotado todas las posibilidades, incluidos intentos de vuelos privados y helicópteros, pero las condiciones inseguras y la escalada de la violencia han dificultado cualquier salida segura.
La comunidad internacional y los gobiernos de los países de origen de estos extranjeros están evaluando las opciones disponibles y buscando soluciones para evacuar a sus ciudadanos de manera segura en medio de la crisis haitiana. La situación sigue siendo fluida, y la incertidumbre persiste mientras las personas afectadas esperan ansiosamente una salida de la difícil situación en la que se encuentran.