Los familiares de presos acuden cada día a la cárcel de La Victoria a indagar la suerte de sus parientes pero nadie sabe decirles si están vivos o muertos ni en cuál cárcel están ahora.Después del trágico incendio que ocurrió hace una semana en la Penitenciaría Nacional de La Victoria, en Santo Domingo Norte, la incertidumbre persiste para muchas familias cuyos seres queridos están encarcelados allí. Madres y padres acuden diariamente al frente del penal en busca de noticias sobre el paradero y estado de sus hijos, pero solo encuentran nuevos traslados y falta de información.
El dolor y la angustia son evidentes en las palabras de Carmen de la Cruz, quien busca desesperadamente a su hijo de 31 años. Ha recorrido hospitales y buscado en listas de víctimas, pero no ha obtenido respuestas claras. Se siente abandonada por las autoridades, quienes, según ella, han sido indiferentes a su sufrimiento y le han dado información falsa.
La situación se complica aún más con los traslados masivos de reclusos desde La Victoria. Tres camiones llenos de presos salieron del penal, custodiados por la policía y soldados, pero ni siquiera ellos sabían hacia dónde se dirigían. La falta de comunicación y planificación por parte de las autoridades ha generado frustración y enojo entre los familiares, quienes se quejan de no haber sido notificados previamente.
A pesar de la necesidad de trasladar a los presos, algunos familiares se quejan de la distancia y el impacto que tendrá en ellos. Para muchos, el traslado de un recluso a una provincia distante significa dificultades adicionales para visitarlo y brindarle apoyo.
La incertidumbre y la falta de información hacen que esta situación sea aún más angustiante para las familias afectadas. La búsqueda de respuestas continúa mientras esperan noticias sobre sus seres queridos, sin saber si están vivos o muertos, ni dónde están ahora.