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Estas personas se han refugiado en campamentos existentes o han establecido nuevos asentamientos. Las condiciones en estos lugares son precarias, y las necesidades más urgentes incluyen alimentos, atención médica, agua, instalaciones de higiene y apoyo psicosocial, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU.
A pesar de los esfuerzos de algunas organizaciones para brindar ayuda, la situación es complicada debido a las dificultades para moverse, ya sea por la actividad de las bandas o por los puntos de control en las carreteras.
La coordinadora humanitaria de la ONU, Ulrika Richardson, ha urgido a detener la violencia, señalando que miles de personas están desprotegidas y expuestas a riesgos. Richardson ha pedido un acceso sin obstáculos a la población y destaca la necesidad de solidaridad internacional en este momento crucial para Haití.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene programado discutir este tema, mientras el caos persiste en las calles de Puerto Príncipe. El Gobierno haitiano ha decretado el estado de urgencia, y el primer ministro, Ariel Henry, aún no ha regresado al país, enfrentándose a la crisis desde el extranjero.