Varias personas caminan junto a cadáveres quemados y un agente de policía armado que vigila una calle tras otra jornada violencia de bandas el 21 de marzo de 2024, en Puerto Príncipe, Haití22 de marzo del 2024.
En medio de una escalada de violencia pandillera en Puerto Príncipe, la capital de Haití, numerosos cadáveres fueron encontrados en distintos barrios, evidenciando el terror que viven los habitantes de la ciudad. Más de 33,000 personas han huido de la violencia en los últimos 15 días, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La ciudad aún muestra las secuelas de múltiples asaltos perpetrados por bandas armadas, así como de una operación militar que resultó en la muerte del líder de una pandilla conocido como Ti Grèg.
Los cadáveres, muchos de ellos carbonizados, fueron vistos en el centro de Puerto Príncipe y en el barrio de Delmas por un corresponsal de AFP. También se reportaron avistamientos de cuerpos sin vida en Pétion-Ville, una comuna acomodada en las afueras de la capital, donde las bandas intentan expandir su control.
Ante el terror impuesto por las pandillas, la población ha levantado barricadas en las carreteras para protegerse de los ataques. La OIM ha observado un aumento significativo en los desplazamientos de personas, tanto dentro de la ciudad como hacia las provincias vecinas, donde ya se acogen a más de 116,000 desplazados.
La situación en Haití se ha visto empeorada por la renuncia del primer ministro Ariel Henry, quien aceptó dimitir la semana pasada luego de semanas de caos provocado por ataques de bandas armadas. Henry se encuentra actualmente en California, después de no poder regresar a su país tras un viaje a Kenia para negociar el envío de policías como parte de una misión internacional supervisada por la ONU.
El país caribeño enfrenta una crisis humanitaria, con cerca de cinco millones de personas, casi la mitad de la población, sufriendo niveles alarmantes de inseguridad alimentaria aguda. La situación requiere una acción urgente para evitar una escalada aún mayor de la crisis, advierten los expertos.
En resumen, la violencia pandillera en Puerto Príncipe ha desencadenado una crisis humanitaria y un éxodo masivo de la población, mientras las autoridades luchan por restablecer el orden y la seguridad en el país.