Cada vez que visite su urólogo pídale que dentro de los análisis de rutina le ponga uno sobre la testosterona.Mantener un peso adecuado: La obesidad y el sobrepeso pueden causar diversos problemas de salud, incluyendo diabetes, hipertensión y trastornos circulatorios que afectan la circulación sanguínea en todo el cuerpo, incluido el pene.
Alimentación saludable: Una dieta rica en frutas, vegetales y baja en grasas saturadas, fritos y alimentos procesados es crucial. Lo que es dañino para el corazón también puede afectar la erección, ya que la mala circulación sanguínea puede interferir con la capacidad eréctil.
Controlar los niveles de testosterona: Es importante solicitar análisis de rutina que incluyan la medición de los niveles de testosterona, ya que la disminución de esta hormona puede afectar la función sexual, especialmente a partir de los 40-45 años de edad.
Abandonar el tabaco y reducir el consumo de alcohol: Fumar y beber en exceso pueden dañar el sistema respiratorio y circulatorio, afectando la calidad de las erecciones y contribuyendo a la disfunción eréctil.
Controlar el colesterol y la presión arterial: Ambos pueden dañar los vasos sanguíneos y la circulación del pene. Algunos medicamentos para la presión arterial también pueden afectar la función eréctil.
Ejercicio regular: Mantener un estilo de vida activo y realizar ejercicios aeróbicos como correr o nadar puede ayudar a prevenir la disfunción eréctil al mejorar la circulación sanguínea y promover la salud cardiovascular.
Consulta con un urólogo: Si tienes dudas o experimentas problemas de erección, es importante buscar ayuda profesional. Un urólogo puede proporcionarte orientación y tratamiento adecuado según tus necesidades individuales.
Siguiendo estas recomendaciones y manteniendo un estilo de vida saludable, puedes reducir el riesgo de desarrollar disfunción eréctil y mejorar tu salud sexual en general.