Recientemente, Blanco se ganó un lugar en la rotación de lanzadores de los Astros de Houston después de un impresionante desempeño en los entrenamientos de primavera. Esta oportunidad llegó después de años de esfuerzo y perseverancia, durante los cuales llegó a considerar abandonar el deporte para trabajar en un lavado de autos.
Su historia de superación alcanzó un nuevo nivel cuando, el mismo día en que fue seleccionado para el equipo de Grandes Ligas, también celebró el nacimiento de su hija. Este momento significativo se vio seguido por una hazaña aún más extraordinaria: lanzar un juego sin hits ni carreras en su primera apertura de la temporada.
Blanco, quien originalmente comenzó su carrera como tercera base y luego pasó a los jardines, recibió el consejo de probar suerte como lanzador durante un entrenamiento. A partir de ese momento, se dedicó a perfeccionar sus habilidades en el montículo y finalmente atrajo la atención de los Astros, quienes le ofrecieron un contrato.
A pesar de los obstáculos y las dudas, Blanco nunca renunció a su sueño de llegar a las Grandes Ligas. Su persistencia y adaptabilidad lo llevaron a convertirse en un destacado lanzador, tanto en las Ligas Menores como en la liga invernal dominicana.
La historia de Ronel Blanco es un recordatorio inspirador de que, con determinación y trabajo arduo, se pueden superar cualquier desafío y alcanzar el éxito en el béisbol y en la vida.