Michael Cohen sale ayer de un edificio de apartamentos en camino al tribunal penal de Manhattan, en Nueva York.
Cohen afirmó que Trump le dijo específicamente que evitara que estas historias salieran a la luz, lo que indica su conocimiento y participación directa en los pagos para silenciar a las mujeres. Destacó que todas sus acciones estaban bajo la dirección y beneficio del entonces candidato presidencial.
Como testigo estrella de la fiscalía en el caso, Cohen es una pieza clave para el caso en Manhattan, y su testimonio podría ser decisivo para el futuro legal de Trump. Sin embargo, su pasado problemático y su relación anterior con Trump podrían plantear dudas sobre su credibilidad ante el jurado.
El testimonio de Cohen proporciona una visión única de la relación entre Trump y su antiguo abogado, revelando detalles sobre su trabajo dentro de la Organización Trump, que a veces implicaba mentir e intimidar en nombre de su jefe. La presencia de Trump en la sala del tribunal durante el testimonio de Cohen crea un contraste marcado con su último enfrentamiento en el tribunal, cuando abandonó la sala durante su juicio civil por fraude en octubre pasado.
El testimonio de Cohen marca un hito significativo en el primer juicio penal contra un expresidente estadounidense y podría tener importantes repercusiones legales y políticas, dependiendo de cómo lo perciba el jurado y el público en general.