
A pesar de sus altas temperaturas, que alcanzan los 2,300 grados Celsius, lo que hace improbable la existencia de vida, este descubrimiento sugiere la posibilidad de que existan otros planetas rocosos similares con atmósferas densas, lo que podría ser un indicio de un ambiente más hospitalario. Situado a 41 años luz de distancia, 55 Cancri e es ocho veces más masivo que la Tierra y tiene lados diurnos y nocturnos permanentes debido a su cercanía extrema a su estrella Copérnico.
Los científicos utilizaron observaciones del Telescopio Espacial Webb para estudiar la composición atmosférica de este exoplaneta. El calor distribuido uniformemente en su superficie sugiere la presencia de una atmósfera estable, posiblemente mantenida por los gases liberados por sus océanos de magma. Este descubrimiento podría proporcionar información valiosa sobre la evolución planetaria, incluyendo cómo la Tierra y Marte podrían haber evolucionado desde océanos de magma hasta su estado actual.