La Justicia Verdadera: La Verdad como Fundamento


Alfonso Alvarez, presidente de Las Palomas TV

Por Alfonso Alvarez, www.laspalomastv.com

09 de mayo del 2024.

En un mundo donde la justicia parece ser una meta esquiva, donde los desafíos sociales y las inequidades persisten, surge una pregunta fundamental: ¿cuál es el camino hacia una justicia genuina? La respuesta, sostengo, yace en un principio elemental pero poderoso: la verdad. Sin embargo, esta verdad no es simplemente la ausencia de mentiras; es la honestidad sin reservas, incluso cuando su revelación puede ser incómoda o desafiante.

La verdad es el pilar fundamental sobre el cual se erige cualquier sistema de justicia auténtica. Pero, ¿por qué es tan crucial la verdad en la búsqueda de la justicia? La respuesta radica en la naturaleza misma de la justicia. La justicia no es solo un proceso legal o un sistema de leyes; es un principio moral arraigado en la igualdad, la equidad y el respeto por los derechos humanos fundamentales. Y la verdad es la base sobre la cual se construyen estos valores.

Icono, archivo

Imaginemos un mundo donde la verdad es suprimida, distorsionada o ignorada en aras de intereses personales o políticos. En tal mundo, la justicia se convierte en una ilusión, un espejismo inalcanzable para aquellos que buscan reparación y redención. Sin la verdad como guía, las decisiones judiciales se convierten en meras formalidades, despojadas de su poder para corregir injusticias y proteger a los vulnerables.

La verdad, sin embargo, no siempre es fácil de enfrentar. Puede ser incómoda, desafiante e incluso dolorosa. Revelar la verdad puede provocar confrontaciones, desacuerdos y conflictos. Pero es precisamente en estos momentos de adversidad donde la verdadera naturaleza de la justicia se pone a prueba. ¿Estamos dispuestos a comprometernos con la verdad, incluso cuando es difícil o impopular? ¿O sucumbiremos a la tentación de la conveniencia y la complacencia?

Corona de espina al Cristo que dijo la verdad. Archivo


El camino hacia la justicia verdadera está pavimentado con la valentía de aquellos dispuestos a decir la verdad, sin importar las consecuencias. Desde los periodistas que desafían la censura para exponer la corrupción hasta los testigos que se presentan en los tribunales para contar su versión de los hechos, cada acto de honestidad contribuye a la construcción de un mundo más justo y equitativo.

Pero la responsabilidad de decir la verdad no recae únicamente en los hombros de unos pocos valientes; es un deber que todos compartimos. Desde nuestras interacciones cotidianas hasta nuestras decisiones en los más altos niveles de gobierno, cada uno de nosotros tiene el poder de promover la verdad y la justicia en nuestro entorno.

Un mundo con fundamento de justicias. (Archivo)

Entonces, ¿cómo podemos avanzar hacia un mundo donde la verdad sea el fundamento de la justicia? En primer lugar, debemos comprometernos con la transparencia y la honestidad en todas nuestras acciones. Esto significa rechazar la manipulación y la desinformación, y abrazar la responsabilidad y la integridad en todo lo que hacemos.

En segundo lugar, debemos defender a aquellos que se atreven a decir la verdad, incluso cuando enfrentan represalias o persecución por hacerlo. Esto implica apoyar a los periodistas independientes, proteger a los denunciantes y garantizar que aquellos que buscan justicia no sean silenciados ni intimidados.

Finalmente, debemos exigir responsabilidad a aquellos en posiciones de poder. Los líderes políticos, empresariales y comunitarios deben ser responsables ante la verdad y enfrentar las consecuencias de sus acciones cuando se desvíen de ella.

En conclusión, la justicia verdadera solo puede existir sobre la base de la verdad. Sin la honestidad y la transparencia, la búsqueda de la justicia se convierte en un ejercicio fútil y vacío. Pero cuando nos comprometemos con la verdad, incluso cuando es difícil, abrimos el camino hacia un mundo donde la justicia es más que una aspiración distante: es una realidad tangible para todos. En este camino hacia la verdad y la justicia, cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar. ¿Estamos dispuestos a aceptarlo?

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