Los ríos de Alaska empiezan a teñirse de naranja por efectos del cambio climático

 





Una vista aérea del río Kutuk en el Parque Nacional Puertas del Ártico de Alaska que parece pintura naranja derramándose en el agua azul clara. KEN HILL / NATIONAL PARK SERVICE 21/5/2024KEN HILL / NATIONAL PARK SERVICE

aPor Alfonso Alvarez, www.laspalomastv.com

21 de mayo del 2024

Doce de los arroyos y ríos más remotos de Alaska están cambiando de un azul cristalino a un naranja turbio, un fenómeno que un reciente estudio atribuye a la exposición de minerales debido al deshielo del permafrost.

Investigadores del Servicio de Parques Nacionales, el Servicio Geológico de EE.UU., la Universidad de California en Davis y otras instituciones han documentado este cambio en 75 ubicaciones en la Cordillera Brooks del norte de Alaska, un área del tamaño de Texas. Los resultados se han publicado en Communications Earth & Environment.

Este fenómeno podría tener importantes implicaciones para el agua potable y la pesca en las cuencas del Ártico. "Cuanto más volábamos, comenzamos a notar más y más ríos y arroyos de color naranja", comentó Jon O'Donnell, ecólogo de la Red de Monitoreo e Inventario del Ártico del NPS. Estos arroyos anaranjados podrían ser tóxicos e impedir la migración de peces a áreas de desove.

O'Donnell observó por primera vez este problema en 2018 en un río que parecía oxidado, un año después de haber estado limpio. Los investigadores comenzaron a recopilar muestras y ubicaciones, utilizando helicópteros para acceder a las áreas remotas.

"Los ríos manchados son tan grandes que podemos verlos desde el espacio", indicó Brett Poulin, profesor asistente de toxicología ambiental en UC Davis. Poulin señaló que la tinción se asemeja a lo que ocurre con el drenaje ácido de las minas, aunque en estas áreas no hay actividad minera cercana.

La hipótesis es que el deshielo del permafrost expone minerales metálicos que, al entrar en contacto con agua y oxígeno, liberan ácido y metales. Las muestras de agua deteriorada muestran niveles altos de hierro, zinc, níquel, cobre y cadmio, con un pH tan bajo como 2,3, comparado con el pH promedio de 8.

Este problema ha sido documentado desde 2008 mediante imágenes satelitales y está extendiéndose lentamente desde las cabeceras hacia los ríos más grandes. Los investigadores están en el segundo año de una subvención de tres años para comprender mejor el problema, modelar otras áreas en riesgo y evaluar las implicaciones para el agua potable y las poblaciones de peces.

El fenómeno está degradando el hábitat, afectando la calidad del agua y reduciendo la población de peces e invertebrados, cruciales para las comunidades rurales que dependen de estos ríos para obtener agua potable y alimentación. "A medida que el clima continúa calentándose, esperaríamos que el permafrost continúe derritiéndose, incrementando así la posibilidad de que más arroyos se vuelvan anaranjados y se degraden en términos de calidad del agua", concluyó O'Donnell.

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