La gente huye de sus vecindarios después de que bandas armadas aterrorizaran las áreas de Delmas 24 y Solino la noche del 1 de mayo, en Puerto Príncipe.Los violentos ataques se desencadenaron en la oscuridad del miércoles por la noche en vecindarios como Solino y Delmas 18, 20 y 24, ubicados al suroeste del principal aeropuerto internacional, que ha permanecido cerrado durante casi dos meses debido a la creciente violencia de pandillas.
"Hemos sido testigos de escenas de horror", relató Néne, quien prefirió no revelar su apellido por temor a represalias. "Las pandillas comenzaron a quemar todo a su paso. Estuve escondido toda la noche".
El asedio dejó un panorama desolador al amanecer, con vehículos carbonizados, casas reducidas a cenizas y calles desiertas salpicadas de escombros. Un camión blindado de la policía patrullaba las calles, mientras residentes desplazados cargaban sus escasas pertenencias y huían en busca de refugio.
"Hubo disparos por todas partes", declaró Paul Pierre, cuya casa fue consumida por las llamas. "Todos estaban tratando de salvarse a sí mismos".
Estos violentos episodios se enmarcan en una escalada de violencia liderada por pandillas, siendo Jimmy Chérizier, conocido como Barbecue, una figura central en este conflicto. Su federación de pandillas, conocida como G9 Family and Allies, ha sido acusada de una serie de ataques coordinados que han sumido a la capital haitiana en el caos.
En medio de esta crisis, Haití ha anunciado un nuevo primer ministro, Fritz Bélizaire, ex ministro de Deportes, en un intento por restablecer el orden. Sin embargo, muchos haitianos exigen acciones urgentes para garantizar su seguridad, ya que las pandillas continúan desafiando a las autoridades y sembrando el terror en la población.
La violencia en Haití ha cobrado un alto precio en vidas y ha obligado a decenas de miles de personas a huir de la capital en busca de seguridad. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando con preocupación la creciente inestabilidad en el país caribeño.