El domingo, un sismo de magnitud 6,5 sacudió la frontera de Guatemala con México, sin que se hayan reportado víctimas hasta el momento. El epicentro del temblor se ubicó en el Océano Pacífico, a 90 kilómetros de la costa del departamento de San Marcos, en el suroeste de la capital guatemalteca.
Aunque el Instituto Nacional de Sismología (Insivumeh) informó que el sismo tuvo una profundidad de 25 km y no causó víctimas, se reportaron algunos daños menores. El Hospital Nacional de San Marcos sufrió daños leves, con grietas y daños en el techo falso, mientras que se registraron tres derrumbes en la carretera Cito Zarco, entre los kilómetros 208 y 215.
Guatemala es propenso a los sismos debido a la convergencia de las placas tectónicas Caribe y Cocos, así como a las fallas geológicas locales. A pesar de que la mayoría de los movimientos son imperceptibles para los seres humanos, el 90% del territorio guatemalteco se considera propenso a los temblores. Afortunadamente, en este caso, no se emitió una alerta de peligro de tsunami y no se han notificado víctimas ni daños significativos en la infraestructura.