El presidente Luis Arce es grabado con una cámara de video mientras habla con la prensa, ayer en La Paz.El presidente boliviano, Luis Arce, ha negado categóricamente estar al tanto de los planes del intento de golpe militar fallido en Bolivia, que provocó un despliegue masivo de tropas y la detención de varias personas, incluido el excomandante general del Ejército, Juan José Zúñiga. En su primera aparición pública tras el incidente, Arce afirmó que el mando militar actuó por iniciativa propia y que él quedó sorprendido por los movimientos de tropas liderados por Zúñiga.
Arce criticó las acciones de Zúñiga, mencionando que desobedeció sus órdenes directas como comandante general de las Fuerzas Armadas. Además, señaló la falta de respuesta de la cúpula militar ante el despliegue inicial de tropas, destacando que intentó comunicarse sin éxito con los comandantes para obtener explicaciones.
El gobierno boliviano ha detallado que Zúñiga y los demás detenidos enfrentan cargos graves como alzamiento armado, seducción de tropa y atentado contra la infraestructura del Estado, con penas que podrían llegar a 15 años de cárcel o más. Se han mencionado investigaciones en curso para determinar responsabilidades adicionales y posibles vínculos con otros sectores.
La situación ha generado tensiones políticas internas, con acusaciones cruzadas entre distintos actores políticos sobre la gestión del presidente Arce y la naturaleza del incidente. Mientras tanto, el país ha retornado a la normalidad en términos de actividades cotidianas, aunque persiste un ambiente de incertidumbre respecto a los eventos del intento de golpe y sus repercusiones futuras.
Este incidente ocurre en un contexto de crisis económica y disputas políticas dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido gobernante, donde tanto Arce como el expresidente Evo Morales tienen aspiraciones de liderar la candidatura presidencial para las elecciones de 2025.