Isidro de la Cruz y Elías Samuel Rodríguez: Héroes Anónimos del Día a Día en Santo Domingo

 


Isidro de la Cruz y Elías Samuel Rodríguez SeverinoJORGE MARTÍNEZ

Por Alfonso Alvarez, www.laspalomastv.com

02 de junio del 2024

En el bullicioso corazón de Santo Domingo, Isidro de la Cruz y Elías Samuel Rodríguez Severino se han convertido en figuras emblemáticas del barrio Mejoramiento Social. Conocidos respectivamente como "Obispo" y Elías, estos dos hombres han dedicado sus vidas a un oficio humilde pero esencial: limpiar botas. Este trabajo, aunque modesto, les ha permitido llevar el sustento diario a sus familias y construir una vida digna a lo largo de los años.
Isidro de la Cruz “Obispo”

Isidro de la Cruz, mejor conocido como ObispoJORGE MARTÍNEZ

Isidro de la Cruz, popularmente conocido como "Obispo", llegó a Santo Domingo desde Valdesia, San Cristóbal, en 1968, buscando mejores oportunidades. En 1987, decidió dedicarse a limpiar botas, una decisión que cambiaría su vida. A sus 69 años, Isidro ha trabajado incansablemente durante 37 años, criando a sus seis hijos y construyendo su casa en La Ciénaga con el fruto de su labor.

Antes de dedicarse a limpiar botas, Isidro vendía pan y huevos cocidos en las calles del barrio. Sin embargo, el cansancio de ese trabajo lo llevó a buscar una ocupación más estable, encontrando en la limpieza de zapatos una manera de ganar tranquilidad y un ingreso constante. Hoy, sus clientes lo buscan fielmente, formando filas para recibir su atención.

A pesar de que las ganancias diarias pueden variar entre 500 y 1,000 pesos, Isidro ha logrado mantener a su familia y asegurar un futuro para sus hijos. Su jornada laboral comienza a las 7:00 u 8:00 de la mañana y termina alrededor de las 5:00 o 6:00 de la tarde, siempre desplazándose a pie durante 20 minutos para llegar a su lugar de trabajo. Su única pausa en décadas de trabajo fue durante la pandemia del COVID-19, cuando se vio obligado a detenerse por dos meses.
Elías Samuel Rodríguez Severino

Elías Samuel Rodríguez Severino
JORGE MARTÍNEZ


Elías Samuel Rodríguez Severino, oriundo de Santo Domingo, comenzó a limpiar botas a los 13 años
para ayudar a su familia y poder asistir a la escuela. A sus 57 años, ha pasado 41 de ellos en este oficio. Aunque también trabaja como cobrador, su principal fuente de ingresos ha sido siempre la limpieza de botas, lo que le ha permitido mantener a su hija, tres nietos y un bisnieto tras la muerte de su
esposa.

Elías intentó crear un sindicato de limpiabotas para obtener un seguro de vida, pero la falta de apoyo lo llevó a abandonar la idea. Aunque comenzó a estudiar ingeniería en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), dejó la carrera después de dos semestres, lamentando ahora esa decisión. Sin embargo, se enorgullece de haber podido mantener a su familia con su trabajo diario.
Un Llamado a la Justicia Social

Isidro y Elías, a pesar de su arduo trabajo y dedicación, a menudo se sienten agobiados y piensan en retirarse. Sin embargo, el sustento diario que obtienen es esencial para sus familias. Ambos coinciden en que el gobierno debería otorgar una pensión a los limpiabotas, reconociendo su contribución y permitiéndoles descansar en su vejez.

“Si yo tuviera una pensión, yo pudiera descansar, pero con esto consigo el moro de la familia”, reflexiona Isidro. Esta petición no solo refleja su deseo de una vida más digna para ellos mismos, sino también para otros que comparten su oficio y enfrentan las mismas dificultades.

Estos dos hombres representan la resiliencia y la dignidad del trabajo honesto en medio de la adversidad, y su historia es un testimonio del valor de quienes, en su lucha diaria, construyen silenciosamente el tejido de la sociedad dominicana.

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