Otro cineasta, el suizo Peter Luisi, está en la posproducción de una película llamada "El último guionista", cuyo guion fue completamente generado por el ChatGPT, un algoritmo de IA. Esta colaboración entre la voluntad del director y la ejecución del algoritmo ha despertado preocupaciones entre los guionistas, temerosos de que la IA pueda reemplazar su trabajo y provocar desempleo en la industria cinematográfica.
La discusión se extiende también al mundo académico, donde los profesores están lidiando con el uso de IA en los trabajos de sus alumnos. Además, surgen cuestiones legales y éticas, como el caso de la actriz Scarlett Johansson, quien ha tomado acciones legales contra el uso de una voz similar a la suya por parte de la empresa tecnológica OpenAI en un asistente virtual.
La convergencia entre la tecnología y la creatividad humana plantea desafíos y dilemas que deben abordarse tanto en el ámbito artístico como en el legal y ético. La capacidad de la IA para generar contenido creativo plantea preguntas sobre la propiedad intelectual y el papel de los creadores en un mundo cada vez más dominado por la tecnología.