Un hombre sostiene un papel que muestra una comparación de una escena que tuvo lugar durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París que parecía evocar "La última cena" de Leonardo da Vinci, con drag queens y otros artistas en una configuración que recuerda a Jesucristo y sus apóstoles, y la pintura original, durante una protesta cerca de la embajada de Francia en Bucarest, Rumania, el domingo 28 de julio de 2024Por Alfonso Alvarez, www.laspalomastv.com
Santo Domingo, RD 29/07/2024
El arzobispo siriaco católico de Mosul, en Irak, ha instado a los cristianos de la región a orar y ayunar en respuesta a lo que considera un "gran insulto" durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024. La controversia surgió a raíz de una de las secuencias de la inauguración, celebrada el pasado viernes, que representó una mesa con varios artistas, incluidos "drag queens", en una disposición que algunos interpretaron como una alusión a "La Última Cena" de Leonardo da Vinci.
Thomas Jolly, el director artístico de la ceremonia, negó que la secuencia hubiera sido diseñada con la intención de evocar la famosa pintura. Sin embargo, la reacción de la comunidad cristiana ha sido contundente. Yunan Hano, arzobispo siriaco católico de Mosul, declaró a la AFP que la respuesta de la comunidad cristiana será a través de la oración y el ayuno para "pedir perdón a Dios por este gran insulto". Hano expresó su sorpresa, señalando que Francia, como un país que se enorgullece de su laicidad y respeto por las diversas religiones, no debería haber permitido un acto que ofende los símbolos religiosos.
En paralelo, la Iglesia católica caldea de Irak también ha expresado su descontento. En un comunicado, el patriarca, el cardenal Louis Raphaël Sako, apoyó la posición de la Iglesia de Francia, describiendo la ceremonia como "vergonzosa" por herir los sentimientos de los cristianos en todo el mundo.
La Conferencia Episcopal de Francia se unió a las críticas, lamentando las "escenas de mofa del cristianismo" y subrayando que los principios de los Juegos Olímpicos deben fomentar la unidad, el amor y el respeto, no la división y el menosprecio.
La comunidad cristiana en Irak ha sufrido una drástica disminución desde 2003, pasando de más de 1.5 millones de fieles a aproximadamente 400,000 debido a los conflictos y la violencia en la región.