Las torrenciales lluvias de noviembre de 2023 devastaron sus pertenencias y desde entonces lucha por recuperarse, residiendo en condiciones difíciles y precarias. Ante la amenaza del huracán Beryl recientemente, Josefa apiló todas sus pertenencias en su casa para protegerlas de las inundaciones recurrentes del río Ozama.
A pesar de las adversidades, Josefa vende botellas plásticas para juntar dinero y pagar su alquiler, ganando unos 400 pesos cada vez que entrega un saco lleno. Come una vez al día y enfrenta problemas de salud, como la presión alta, para los cuales a veces no tiene suficientes medicamentos, incluso con el seguro médico gubernamental que posee.
Aunque su vida es difícil, Josefa mantiene la esperanza en Dios de que algún día tendrá una vida más digna. Evita pedir ayuda en las calles y se refugia en la generosidad de sus vecinos y amigos cuando necesita comer o resguardarse de las lluvias.
Su historia es un testimonio de resiliencia y fe, enfrentando desafíos diarios con determinación y esperanza por un futuro mejor.