SANTO DOMINGO, RD, 21 de agosto de 2024 —
La creciente dependencia de dispositivos tecnológicos en niños y adolescentes ha generado alarmas entre psicólogos y psiquiatras, quienes advierten sobre las consecuencias negativas de esta adicción emergente. La pandemia, con su confinamiento prolongado, ha exacerbado esta problemática, transformando la tecnología en una herramienta esencial pero también potencialmente peligrosa.
Francis Josefina Báez, médico psiquiatra y encargada del departamento de salud mental del Servicio Nacional de Salud (SNS), reveló que hasta un 60% de los casos en sus consultas privadas están relacionados con la adicción a la tecnología. Báez atribuye gran parte de esta dependencia a la pandemia, que intensificó el uso de dispositivos y alteró el equilibrio en el desarrollo cognitivo y emocional de los jóvenes. "El cerebro está programado para buscar placer, y los dispositivos tecnológicos ofrecen una gratificación inmediata que puede llevar a una adicción", explicó.
Báez también comparó el papel de los dispositivos tecnológicos con el de los antiguos "bobos" o chupetes que usaban los bebés. Según ella, los aparatos modernos han reemplazado a estos objetos de consuelo, manteniendo a los niños "robotizados" y priorizando el uso constante de la tecnología.
Por su parte, Abril María Arias Taveras, psicóloga clínica y terapeuta familiar, observó efectos preocupantes en el comportamiento de los niños debido al uso excesivo de dispositivos. Entre estos efectos se incluyen descontrol de esfínteres, agresividad, problemas de sueño, déficit de atención y problemas visuales. Arias Taveras también ha atendido casos de niños que han reaccionado violentamente cuando se les quita el dispositivo, así como incidentes graves como intentos suicidas relacionados con el bullying en redes sociales.
Arias Taveras destacó la incidencia de comportamientos como el aislamiento social y la irritabilidad. "Los niños y adolescentes están cada vez más aislados en sus habitaciones y menos involucrados en las actividades familiares y sociales", indicó. Este aislamiento se traduce en una falta de cooperación en el hogar y en una disminución de las interacciones sociales, preocupando a muchos padres.
Ambas especialistas sugieren que los padres deben asumir un papel más activo en la regulación del uso de tecnología en el hogar. Recomendaciones incluyen establecer límites claros en el horario de uso y la edad adecuada para comenzar a utilizar dispositivos, preferiblemente después de los 5 o 7 años. También proponen que las empresas tecnológicas desarrollen dispositivos con restricciones específicas para menores o implementen mecanismos de desbloqueo basados en características físicas diferenciables entre niños y adultos.
“Estamos cediendo demasiado poder a las máquinas, lo que puede llevar a problemas graves como convulsiones por excitación cerebral debido al uso prolongado de videojuegos”, advirtió Báez. Las recomendaciones de los expertos subrayan la necesidad de un enfoque equilibrado y consciente hacia la tecnología para proteger el bienestar y el desarrollo integral de los jóvenes.
La preocupación de los especialistas resalta la importancia de abordar la adicción a la tecnología como una cuestión de salud pública y educativa, instando a una colaboración entre padres, educadores y desarrolladores de tecnología para mitigar los riesgos asociados con el uso excesivo de dispositivos.