Una realidad alarmante
En un recorrido por el sector de la Emboscada de Rafey, un equipo de Listín Diario entrevistó a personas sin documentos, cuyas familias han vivido en la misma situación por generaciones. Nathanael, por ejemplo, llegó al sexto curso con la ayuda de la Junta de Vecinos, pero 22 años después sigue sin acta de nacimiento y sueña con ser chef profesional. Sin documentos, su vida y la de su hijo son extremadamente limitadas.
Ivelise del Carmen, madre de cuatro hijos no declarados, enfrenta grandes dificultades. Su hijo mayor quedó en tercer grado por falta de documentación, y su hija de 16 años, que empezó la escuela a los 11, apenas está en cuarto curso. Los hijos más pequeños de Ivelise corren el riesgo de no continuar sus estudios tras mudarse desde Dajabón, ya que las escuelas locales no los aceptan sin acta de nacimiento.
Un ciclo de pobreza
Doña Rosa, de 59 años, no tiene acta de nacimiento, y sus tres hijos y dos nietas de 18 y 19 años están en la misma situación. Esta falta de documentación les impide acceder a ayudas gubernamentales, seguros médicos, educación y trabajos dignos. Además, no pueden ejercer su derecho al voto.
En la comunidad, la actividad económica principal es "bucear" en el vertedero de Rafey, recolectando y revendiendo materiales reciclables. Los niños sin acta de nacimiento tienen pocas probabilidades de asistir a la escuela y, por lo tanto, recurren a esta actividad para sobrevivir. Otros ayudan a sus familias con la cría de animales.
Carencias básicas
El acceso al agua potable es otro problema crítico en esta zona. La mayoría de las tomas de agua están conectadas directamente al canal de riego Ulises Francisco Espaillat, que también sirve como desagüe de drenajes cloacales y vertedero de basura. Según el director de la Defensa Civil de Santiago, Francisco Arias, se encuentran al menos cuatro cadáveres al mes en este canal, lo que refleja la gravedad de la situación.
Derechos vulnerados
El derecho a un nombre y una nacionalidad, establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño y la Constitución dominicana, permite acceder a servicios esenciales como educación, salud y seguridad social. La falta de registro y reconocimiento legal impide a las personas protegerse contra la explotación y el abuso, y participar en la vida pública y política del país.
Esta situación crea un círculo vicioso de pobreza y marginación en la comunidad de Emboscada de Rafey, perpetuando las condiciones de vida adversas y limitando las oportunidades de desarrollo personal y social.