El presidente Vladimir Putin ha dado la orden de expulsar a las tropas ucranianas que, en los últimos días, han tomado el control de 28 localidades en la región de Kursk, según informaron autoridades locales el lunes. Esta ofensiva ucraniana, que ha logrado hacerse con unos 1,000 kilómetros cuadrados del territorio ruso, se considera la incursión más significativa en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
El jefe del ejército ucraniano, Oleksandr Syrsky, confirmó que sus tropas están llevando a cabo operaciones ofensivas en Kursk, con el objetivo de "estirar las posiciones del enemigo, infligir el máximo de pérdidas y desestabilizar la situación en Rusia". La incursión, que comenzó el martes pasado, llega tras meses de repliegue de las fuerzas ucranianas en el frente oriental.
En una reunión con los principales funcionarios de seguridad y defensa de Rusia, Putin describió la ofensiva como un "revés inesperado", considerando que hasta hace poco, Rusia había ganado terreno en el este de Ucrania. El presidente ruso afirmó que la principal tarea del Ministerio de Defensa es "expulsar al enemigo de nuestros territorios" y acusó a Kiev de intentar "sembrar la discordia en nuestra sociedad" y de cumplir con la voluntad de las potencias occidentales.
La operación ucraniana ha provocado al menos 12 muertes y 121 heridos en Kursk, incluyendo 10 niños, según el gobernador en funciones Alexéi Smirnov. Las autoridades rusas han iniciado evacuaciones en las regiones afectadas, con más de 121,000 personas evacuadas de Kursk hasta la fecha. También se han realizado evacuaciones preventivas en la región de Bélgorod.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha declarado que la ofensiva es una cuestión de seguridad para Ucrania y ha pedido a los países occidentales autorización para utilizar misiles de largo alcance en territorio ruso. Zelenski también ha admitido que el objetivo de la incursión es "desplazar la guerra al territorio del agresor".
El asalto a Kursk representa la mayor operación transfronteriza ucraniana desde el inicio del conflicto, que comenzó en febrero de 2022. Aunque la incursión no ha debilitado la ofensiva rusa en el este de Ucrania, se considera que podría tener implicaciones políticas para futuras negociaciones de paz. Los analistas sugieren que la operación ucraniana busca mejorar su posición en eventuales conversaciones para poner fin al conflicto.
Las autoridades ucranianas han instado a unos 20,000 civiles en la región de Sumy a evacuar sus localidades en respuesta a la intensificación de la ofensiva rusa.
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