Diana Petrie, izquierda, y su padre George Wherry hacen una pausa mientras dan un recorrido por el sitio del pozo de gas natural en su granja en West Bethlehem Township, condado de Washington, Pensilvania, el 6 de septiembre de 2024.En Pensilvania, un estado clave y rico en gas natural, Donald Trump y su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, se enfrentan por el apoyo de los votantes, con el "fracking" como uno de los temas más controversiales.
El granjero George Wherry, de 85 años, ve la extracción de gas natural mediante el "fracking" como una vía para la "libertad" económica, razón por la que apoyará a Trump en las elecciones de noviembre. A su lado, su hija Diana Petrie, quien regresó a la granja familiar tras 30 años en Colorado, también respaldará al republicano.
Trump ha mantenido una postura firme a favor del "fracking", una técnica que ha generado riqueza y empleos bien remunerados en áreas que han sufrido la desindustrialización. Por otro lado, Harris enfrenta escepticismo, ya que su postura sobre el "fracking" ha cambiado desde su intento de prohibirlo durante su campaña presidencial en 2019.
Los críticos, incluidos ambientalistas y expertos en salud, advierten sobre los riesgos del "fracking" para el medio ambiente y la salud pública. Sin embargo, en Pensilvania, el 48% de la población apoya esta técnica, lo que representa un aumento en comparación con hace una década.
Mientras algunos agricultores y empresarios, como Jason White y August Michel, expresan su respaldo a Trump por su apoyo a la industria del gas, otros, como Laura Jean Kahl, se inclinan por Harris por ser una "mujer decidida", aunque con pocas esperanzas de que frene la expansión del "fracking" si es elegida.
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