El huracán Helene ha dejado al menos 17 personas muertas y provocado grandes inundaciones en todo el sureste de Estados Unidos, dejando a millones de clientes sin electricidad. El fenómeno tocó tierra cerca de Tallahassee, Florida, y se debilitó hasta convertirse en tormenta tropical mientras avanzaba hacia el norte.
Carreteras, casas y negocios quedaron bajo el agua, con el Centro Nacional de Huracanes (NHC) advirtiendo sobre "inundaciones históricas y catastróficas" y repentinas subidas de agua en Atlanta, Georgia, así como en Carolina del Sur y Carolina del Norte. Se pronosticaron hasta 30 centímetros de lluvia en las montañas de los Apalaches, y algunas áreas recibieron incluso más.
En Perry, una ciudad cercana al punto donde Helene tocó tierra como un potente huracán de categoría 4, las casas quedaron sin electricidad y la gasolinera fue arrasada. Larry Bailey, de 32 años, residente de Perry, describió la situación: "Soy de Florida, así que estoy un poco acostumbrado, pero en un momento me dio mucho miedo. Era como si mi casa fuera a volar", dijo tras refugiarse en su pequeña casa de madera junto a sus dos sobrinos y su hermana.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, informó de once víctimas mortales en su estado, entre ellas un socorrista, y señaló que la ciudad de Valdosta había identificado 115 estructuras muy dañadas con varias personas atrapadas en su interior. Las autoridades del condado de Pinellas, en Florida, confirmaron cinco muertes relacionadas con la tormenta, mientras que en Carolina del Norte también se registró una muerte debido a la caída de un árbol sobre una casa.
La tormenta también ha afectado los servicios de electricidad y transporte. Más de 3,4 millones de hogares y negocios quedaron sin electricidad en Florida, Georgia y las Carolinas, mientras que los aeropuertos de Tampa y Tallahassee cerraron debido a las condiciones adversas.
El voluntario de búsqueda y rescate Curtis Drafton, de 48 años, expresó su preocupación sobre la frecuencia de estos fenómenos. "Tenemos que empezar a preguntarnos: ¿es esta la nueva normalidad? ¿Va a suceder todos los años?", dijo desde Steinhatchee, Florida.
El presidente Joe Biden y las autoridades estatales instaron a la población a atender las advertencias oficiales de evacuación antes de la llegada de Helene, aunque algunos optaron por quedarse en sus casas para enfrentar la tormenta. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, movilizó a la Guardia Nacional y a miles de personas para posibles operaciones de búsqueda y rescate y para restablecer el suministro de energía.
Helene también afectó previamente la península de Yucatán, en México, causando daños en varias áreas turísticas.
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