10 de septiembre de 2024
Brasilia, Brasil – La suspensión de la red social X, antes conocida como Twitter, en Brasil ha reavivado el debate sobre los límites de la libertad de expresión en las plataformas digitales. El juez de la corte suprema, Alexandre de Moraes, ordenó el bloqueo el 31 de agosto, acusando a la empresa de Elon Musk de desinformar y desobedecer repetidamente las decisiones judiciales.
El bloqueo afectó a 22 millones de usuarios en Brasil, muchos de los cuales migraron a redes sociales menores como Bluesky y Threads. La medida, que ha dividido a la opinión pública, fue vista por algunos como necesaria para combatir la desinformación, mientras que otros la perciben como una forma de censura.
En Brasil, la suspensión ha generado protestas, especialmente entre los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, mientras que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva defendió la acción, argumentando que la democracia no debe permitir la difusión del odio y las mentiras.
A nivel global, la polémica refleja las tensiones sobre cómo regular plataformas como X, Telegram y TikTok, que enfrentan presiones similares en otras regiones, como la Unión Europea y Estados Unidos.
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