Muestra de un espacio en una cueva donde un equipo de arqueólogos realizó desenterramientos y encontró osamentas de antepasados dominicanos que se asentaron hace casi 5,500 años en una zona de lo que hoy es la provincia Samaná.Santo Domingo, RD –07 de septiembre del 2024
En un emocionante descubrimiento para la arqueología dominicana, un equipo de expertos ha desenterrado osamentas de los primeros habitantes de Cabo Samaná, revelando aspectos cruciales sobre sus costumbres y modo de vida. Estas investigaciones, realizadas en el Monumento Nacional Cabo Samaná, han permitido conocer más sobre la vida de estos antiguos pobladores que se asentaron en la región hace casi 5,500 años.
El destacado arqueólogo Adolfo López, quien lideró el equipo de investigación, ha destacado las profundas virtudes sociales y culturales de los antepasados antillanos. Según López, los hallazgos demuestran el alto grado de respeto y cariño que estos antiguos habitantes mostraban hacia los niños y los mayores. “Uno se da cuenta del cariño con el que se entierra a los niños, del respeto con el que se depositan los restos humanos de los mayores”, expresó López, resaltando la honorabilidad y el aprecio por la familia que caracterizaban a estos grupos.
Las osamentas y otros artefactos descubiertos han sido trasladados al Museo del Hombre Dominicano, con planes de exhibición que se concretarán a finales de año. Manuel García Arévalo, historiador y colaborador en la Fundación García Arévalo, está organizando la nueva museografía del museo, donde estos materiales serán presentados al público. Además, se prevé que una parte de los hallazgos también sea exhibida en el Museo de la Casa del Cordón.
Los investigadores han documentado que los primeros pobladores de la región, denominados Samaneses de tradición casimiroide, habitaron el área desde aproximadamente el año 3,550 a.C. Este grupo dejó evidencias de su presencia en varios sitios arqueológicos, como el Abrigo de Dana y el Abrigo de Daniel, que inicialmente sirvieron como lugares de habitación y posteriormente se convirtieron en cementerios.
López también destacó la presencia de otros grupos culturales, como los Ortoroides y los Punta, que se asentaron en Cabo Samaná después de los Samaneses. Estos grupos utilizaron los recursos naturales de la región, como las aguas de la bahía de Samaná y los arrecifes de coral, para su subsistencia.
Los hallazgos en Cabo Samaná son solo el principio de una serie de investigaciones que prometen desvelar más aspectos sobre la historia de los primeros habitantes de las Antillas Mayores.
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