Xiomara Castro de Zelaya, presidenta de Honduras, anunció en un tuit su deseo de establecer relaciones diplomáticas con China, decisión que supondría de hecho la ruptura de las relaciones oficiales con el gobierno taiwanés. AFP - ORLANDO SIERRALa presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha denunciado públicamente un presunto plan para "destruir" su gobierno y llevar a cabo un nuevo golpe de Estado en el país. Durante un acto oficial transmitido en cadena de radio y televisión, Castro aseguró que fuerzas oscuras internas y externas están conspirando para desestabilizar su administración y el próximo proceso electoral.
El gobierno hondureño decidió el miércoles pasado "dar por terminado" el tratado de extradición bilateral con Estados Unidos, en un contexto de creciente tensión diplomática con la embajadora estadounidense en Tegucigalpa. Esta medida se produce tras las críticas de la embajadora sobre una reciente reunión de autoridades hondureñas con el sancionado ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López.
Castro condenó "todo tipo de negociación entre narcotraficantes y políticos" después de la divulgación de un video que muestra una reunión en 2013 entre su cuñado, Carlos Zelaya, y traficantes de droga. La presidenta subrayó que el Plan de Solución contra el Crimen, aprobado en marzo de 2023, demuestra su compromiso con la extradición y la seguridad, pero advirtió que no permitirá que el tratado con EE.UU. sea utilizado para desarticular las Fuerzas Armadas y su gobierno.
Además, la mandataria ordenó a la Fiscalía hondureña tomar medidas drásticas en los casos de políticos de oposición supuestamente involucrados en narcotráfico y solicitó al Parlamento reformas legales para fortalecer la lucha contra la criminalidad organizada. Castro también pidió a la ministra de Defensa que proporcione a las Fuerzas Armadas las herramientas y tecnología necesarias para combatir el tráfico de drogas.
El video de la reunión de 2013 fue entregado por exlíderes del cartel Los Cachiros a la DEA, y ha reavivado las sospechas sobre la influencia del narcotráfico en la política hondureña. Carlos Zelaya, quien admitió la reunión pero negó haber recibido dinero, renunció a su cargo como secretario del Parlamento.
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