Santo Domingo, RD. - 29 de septiembre del 2024
En el lenguaje cotidiano, el término "preinfarto" se ha popularizado, pero, según la cardióloga Reyna Massiel Bautista, este no es el término correcto para referirse a la condición que precede a un infarto. Durante una entrevista en el programa Al punto vespertino, Bautista explicó que la terminología adecuada es "angina".
La cardióloga aclaró que el infarto ocurre cuando se ocluye un vaso sanguíneo que lleva sangre al músculo del corazón, resultando en la muerte del tejido. "Cuando alguien experimenta lo que se llama 'preinfarto', en realidad está teniendo dolor torácico asociado a una oclusión parcial de un vaso, y al restablecer el flujo, el paciente se normaliza", indicó.
Bautista destacó que muchas personas, especialmente pacientes diabéticos, pueden sufrir de anginas, lo que indica un daño vascular, aunque no necesariamente tengan vasos completamente cerrados. La especialista también hizo hincapié en que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte a nivel mundial, por lo que es fundamental tomar medidas preventivas.
Se recomendó que cualquier persona sana, a partir de los 40 años, debería visitar a un cardiólogo al menos una vez al año. Además, mencionó que es alarmante ver casos de infarto en personas jóvenes, incluso a partir de los 20 años.
Síntomas que indican la necesidad de ver a un cardiólogo
La doctora Bautista enumeró varios síntomas que deberían motivar una visita al cardiólogo:
- Orinar frecuentemente por la noche
- Mareos constantes o pérdida de conocimiento
- Dolor torácico
- Fatiga extrema
En la población pediátrica, las arritmias son comunes y pueden llevar a muertes súbitas si no se realizan los estudios adecuados a tiempo. Bautista subrayó la importancia de la detección temprana de condiciones como la cardiopatía hipertrófica, que puede ser genética y potencialmente mortal.
Preocupaciones post-COVID-19
Finalmente, en relación con el aumento de infartos en personas jóvenes tras la vacunación contra el COVID-19, Bautista manifestó que, aunque es provacuna, algunos estudios sugieren que ciertas vacunas pueden tener un efecto protrombótico. Sin embargo, enfatizó que muchos jóvenes ya tenían factores de riesgo que predisponían a problemas cardíacos.
La cardióloga concluyó que las respuestas inmunitarias provocadas por las vacunas podrían asociarse a la miocarditis, aunque esto no ocurre en todos los casos.
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