
El caso, que conmocionó a la ciudad, surgió a raíz de la muerte de Nicholas Feliz Dominici, un niño de un año, y la hospitalización de otros tres menores que resultaron expuestos a fentanilo mientras estaban bajo el cuidado de la guardería. Los narcóticos, incluyendo más de 11 kilogramos de fentanilo y heroína, estaban ocultos en trampillas bajo las baldosas de la sala de juegos, donde los niños jugaban y dormían diariamente.
El incidente tuvo lugar en septiembre de 2023, cuando los niños fueron expuestos a la droga. Nicholas murió debido a un paro cardíaco provocado por la intoxicación de fentanilo, mientras que los otros tres menores fueron tratados con Narcan para revertir los efectos de la sobredosis.
Herrera-García, de 35 años, se declaró culpable de varios cargos, incluyendo la posesión de drogas que resultó en la muerte del pequeño Nicholas y en lesiones graves a los otros niños. La dueña de la guardería, su esposa, y su prima también enfrentan múltiples cargos, desde homicidio involuntario hasta posesión de narcóticos.
Este caso resalta la gravedad de la epidemia de fentanilo en Estados Unidos. Según datos de los CDC, en 2023 más de 107.500 personas murieron por sobredosis relacionada con fentanilo y otros opioides sintéticos, lo que demuestra el impacto devastador de esta droga en la sociedad estadounidense.
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