El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, ha señalado que esperar condiciones óptimas para ayudar a Haití no es una opción viable. Goldfajn destaca que su misión es “trabajar con todos” y construir puentes entre diferentes gobiernos, lo que ha demostrado al contar con el respaldo tanto del expresidente brasileño Jair Bolsonaro como del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Haití enfrenta una crisis social y política, exacerbada desde el asesinato del presidente Jovenel Moise y el dominio de pandillas en gran parte de su territorio, especialmente en Puerto Príncipe. El BID, junto con el Banco Mundial y la ONU, evalúa las necesidades financieras del país, al que ya aporta anualmente alrededor de 100 millones de dólares.
Para Goldfajn, esperar condiciones ideales no es factible: "Debemos romper el círculo vicioso de la pobreza, la falta de gobernanza y el aumento de la violencia. No podemos permitirnos el lujo de estar fatigados o de esperar la gobernanza perfecta". La organización colabora con ONG y entidades de la ONU para distribuir ayuda de forma segura, minimizando el riesgo de envío de fondos hacia el crimen organizado mediante entregas electrónicas parciales.
El presidente del BID también subraya la importancia de diseñar un plan que cubra necesidades esenciales como salud, educación y ayuda humanitaria en los primeros años para luego avanzar hacia la reconstrucción del país.
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