En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: «Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: «Es una tierra que mana leche y miel.» Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 17
R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R/.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido. R/.
Segunda Lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (7,23-28):
Ha habido multitud de sacerdotes del antiguo testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día «como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo,» porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidades. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» El segundo es éste: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
MENSAJES:
MENSAJE ESPIRITUAL DE LA PRIMERA LECTURA LECTURA, EL SALMO, LA SEGUNDA LECTURA Y EL EVANGELIO:
El mensaje esencial de la primera lectura es la importancia de amar y temer al Señor, obedeciendo sus mandamientos no solo para uno mismo, sino como legado para las generaciones futuras. La promesa de una vida prolongada y prosperidad en una "tierra que mana leche y miel" resalta la recompensa de la fidelidad y la devoción sincera a Dios. Esto nos enseña a priorizar la obediencia y el amor a Dios como fundamento de nuestra existencia.
El salmo es un canto de amor y alabanza a Dios, reconociéndolo como la roca, la fortaleza y el refugio. Proclama la confianza absoluta en el Señor, quien protege y salva. Este salmo nos recuerda que, en los momentos de tribulación, Dios es nuestro baluarte y que nuestra respuesta debe ser el amor y la adoración constantes.
La segunda lectura nos invita a contemplar la figura de Jesús como el sumo sacerdote eterno y perfecto. En contraste con los sacerdotes del Antiguo Testamento, cuyo ministerio estaba limitado por la muerte y sus propias debilidades, Jesús tiene un sacerdocio que es perpetuo y sin defecto. Él intercede por nosotros de manera constante, asegurando una salvación completa para quienes acuden a Dios a través de Él. **Aspectos Claves del Pasaje:** 1. **Sacerdocio Eterno de Cristo**: Jesús no está sujeto a las limitaciones humanas ni a la temporalidad. Su presencia como sumo sacerdote eterno garantiza que siempre está intercediendo en nuestro favor, lo que proporciona una esperanza constante y una seguridad espiritual que trasciende cualquier otra mediación.
El evangelio enfatiza el mandamiento más importante según Jesús: amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo. Estos mandamientos no solo son los pilares de la vida espiritual, sino que superan cualquier otro sacrificio o práctica externa. Jesús nos enseña que el amor verdadero y profundo hacia Dios y el prójimo es la esencia de la fe y el camino hacia el reino de Dios.
Reflexión Final : El amor incondicional a Dios y al prójimo es la base de una vida plena y espiritual. Cumplir estos mandamientos es responder al llamado de Dios con entrega y acción, reconociendo que el amor es la mayor de todas las virtudes y el verdadero sacrificio que agrada al Señor.
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