Durante su visita, Harris fue recibida calurosamente por los voluntarios, e incluso les llevó una caja de Doritos como un pequeño gesto de agradecimiento. Habló personalmente con varios votantes y mantuvo conversaciones alegres y alentadoras. En una de ellas, habló con una niña de ocho años y bromeó sobre cómo la niña algún día podría votar cuando cumpliera 18 años.
Mientras Harris interactuaba con los votantes, el personal de campaña, los voluntarios, los fotógrafos y los periodistas capturaron el momento, destacando su enfoque práctico para galvanizar el apoyo en las últimas horas de la elección.
El banco de teléfonos del DNC sirve como una herramienta esencial en las elecciones estadounidenses, donde los voluntarios se comunican con los votantes probables, a menudo aquellos menos propensos a emitir su voto, para garantizar una mayor participación electoral.