Esta fotografía aérea muestra un retrato acribillado a balazos del presidente sirio Bashar al-Assad adornando el edificio municipal de Hama después de que fuera desfigurado tras la captura de la ciudad por combatientes antigubernamentales, el 6 de diciembre de 2024.El presidente sirio Bashar al-Assad habría salido del país en medio de un relámpago ofensivo de los rebeldes que tomaron grandes extensiones del territorio sirio, incluidas partes de la capital, según informó el Observatorio.
Rebeldes avanzan hacia Damasco
El director del OSDH, Rami Abdel Rahman, aseguró que Assad partió desde el Aeropuerto Internacional de Damasco antes de que las fuerzas gubernamentales abandonaran el lugar. Aunque esta información no ha sido confirmada de manera independiente, varios informes sugieren que los insurgentes han logrado avances significativos en la capital, incluyendo la entrada a la prisión militar de Saydnaya y la "liberación".
Desde las mezquitas de Damasco se escuchan cánticos de "Dios es grande", mientras imágenes difundidas muestran tanques en plazas centrales y pequeños grupos celebrando.
Crisis en aumento
El sábado, los rebeldes capturaron Homs, una ciudad estratégica entre Damasco y las provincias costeras de Latakia y Tartus, conocidas por ser bastiones del régimen y sede de una base naval rusa. Este avance sigue a la toma de Alepo, Hama y gran parte del sur del país, lo que deja al gobierno con el control efectivo de solo dos capitales.
La situación ha generado un éxodo masivo de civiles hacia la frontera con el Líbano, la cual fue cerrada por las autoridades libanesas, dejando millas atrapadas.
Reacciones internacionales
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, llamó a conversaciones urgentes en Ginebra para garantizar una "transición política ordenada". Por su parte, Rusia, principal aliado internacional de Assad, expresó su preocupación a través de su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.
¿El final de una era?
La ofensiva rebelde, liderada por el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS), representa la amenaza más seria para el régimen de Assad desde el inicio del conflicto en 2011. Los avances de los insurgentes han sido atribuidos a la retirada estratégica del ejército sirio. y la falta de apoyo internacional al régimen.
La caída de Damasco podría marcar un punto de inflexión en la guerra civil siria, dejando al gobierno en una posición precaria tanto a nivel interno como internacional.
Mientras tanto, la incertidumbre reina en Siria, con la población atrapada entre el caos y la esperanza de un cambio tras más de una década de conflicto.
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