
La administración de Donald Trump ha anunciado la eliminación del peaje para los vehículos que ingresan a Manhattan, en un revés para las autoridades demócratas del estado de Nueva York que implementaron este plan para reducir el tráfico y mejorar el transporte público. Esta medida marca la cancelación de un sistema de paz, el primero de su tipo en Estados Unidos.
Sean Duffy, secretario de Transportes, calificó el plan de peaje del estado de Nueva York como una "bofetada a los estadounidenses de clase trabajadora ya los propietarios de pequeñas empresas". En una carta dirigida a la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, Duffy criticó la medida, que entró en vigor el pasado 5 de enero, señalando que los conductores no tenían otra opción gratuita para acceder a la zona sur de Manhattan.
Los vehículos que ingresan a Manhattan al sur de Central Park estaban pagando un peaje diurno promedio de 9 dólares, mucho menos que los 15 dólares que preveía el plan inicial, suspendido en junio pasado. La medida había sido implementada con la intención de reducir el tráfico en una ciudad conocida por su congestión y de fomentar el uso del transporte público, en una estrategia similar a la adoptada por otras grandes ciudades como Londres y Singapur.
Además de reducir el tráfico, el peaje tenía como objetivo recaudar 15.000 millones de dólares para financiar la modernización del metro de Nueva York, un sistema utilizado por más de 4 millones de personas al diario. Sin embargo, Duffy argumentó que los conductores ya habían contribuido con sus impuestos a la construcción y mantenimiento de las carreteras de la ciudad.
Por su parte, la Autoridad Metropolitana de Tránsito (MTA), que opera el metro de Nueva York, se mostró "desconcertada" por el intento de Trump de revertir una medida que, según los primeros datos, había reducido considerablemente la congestión en las primeras semanas de su implementación. En febrero, el tráfico en el sur de Manhattan había disminuido un 9% en comparación con el año pasado.
Trump, quien se opuso al plan desde el inicio, anunció en su plataforma Truth Social: "El peaje está muerto. Manhattan y todo Nueva York han sido salvados. Larga vida al rey".
La eliminación del peaje también fue bienvenida por los residentes y las autoridades de ciudades cercanas, como Nueva Jersey, que criticaron el impacto económico negativo de la medida, especialmente en sus negocios y en la capacidad de los trabajadores de llegar a Manhattan. Sin embargo, grupos como la ONG Evergreen Action advirtieron que esta medida es un retroceso en las políticas climáticas y económicas críticas de la ciudad.
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