La amenaza se compartió a través de un mensaje de texto en un grupo de estudiantes, indicando que el tiroteo ocurriría el lunes. Tras una investigación, los detectives identificaron al niño de 12 años como el sospechoso y lo arrestaron después de que regresó de un viaje con su familia.
El estudiante confesó el hecho en presencia de su familia, y se le confiscó su teléfono celular. No se encontraron armas de fuego en su casa.