Además, señaló la indiferencia de las autoridades frente al deterioro de la salud mental de la población y otras problemáticas sociales. Mencionó el desempleo, la exclusión del sistema de salud para los más necesitados, el alto costo de vida y la dificultad de mantenerse a flote para los más pobres.
La religiosa también denunció la globalización de la indiferencia, donde las personas se vuelven espectadores de los sufrimientos de sus semejantes sin hacer nada al respecto. Criticó el aumento de la delincuencia y los atracos, así como el maltrato contra las mujeres por parte de hombres abusivos.
En resumen, el sermón destacó la necesidad de enfrentar la corrupción, la indiferencia y la injusticia social, llamando a la acción para promover un cambio real en la sociedad.