Esta escalada de precios se debe principalmente a la disminución de las cosechas en África Occidental, afectada por condiciones climáticas adversas, el envejecimiento de las plantaciones y la persistencia de enfermedades que afectan a los árboles de cacao. La cosecha reciente ha registrado una disminución significativa, posiblemente de un cuarto o un tercio, y la próxima cosecha no parece ofrecer mejores perspectivas.
El temor a la escasez de materias primas está impulsando aún más los precios, con fabricantes y comerciantes buscando desesperadamente abastecerse, independientemente del origen y la calidad del cacao. Algunos molineros incluso están dispuestos a pagar primas por la materia prima, con la esperanza de evitar el cierre de sus fábricas. En muchos casos, las existencias de granos se están agotando rápidamente, con la mayoría de las trituradoras que ya han utilizado la mitad de sus existencias, y los transformadores más pequeños con suministros que solo les duran unos pocos días.
Este aumento de precios también tiene repercusiones para los consumidores, ya que se refleja en productos como los huevos de Pascua, cuyos precios han experimentado un aumento significativo. Se espera que la situación empeore el próximo año, ya que el impacto del aumento de precios suele tardar varios meses en trasladarse completamente a los consumidores.