Empleados de Boeing conducen el nuevo Boeing 787-10 Dreamliner17 de abril del 2024.
El fabricante de aviones Boeing enfrentó dos audiencias en el Senado de Estados Unidos el miércoles, mientras el Congreso examinaba las acusaciones de importantes fallos de seguridad en la compañía. Estos eventos se producen después de que un panel de una puerta se desprendiera de un 737 Max durante un vuelo de Alaska Airlines en enero.
La Comisión de Comercio del Senado escuchó a un panel de expertos que encontraron graves fallas en la cultura de seguridad de Boeing.
El senador Ted Cruz expresó la preocupación del público por la seguridad, instando a la Administración Federal de Aviación (FAA) y a los legisladores a garantizar que abordar un avión de Boeing no sea más peligroso.
En un informe publicado en febrero, el panel de expertos destacó que, a pesar de las mejoras realizadas después de los accidentes mortales de dos aviones Max de Boeing, el enfoque de la compañía en la seguridad sigue siendo defectuoso. Los empleados que plantean preocupaciones podrían ser objeto de presiones y represalias.
Uno de los testigos, el profesor de aeronáutica del MIT, Javier de Luis, quien perdió a su hermana en un accidente de un Boeing 737 Max 8 en 2019, señaló una desconexión entre las afirmaciones de la dirección de Boeing sobre la seguridad y lo que los trabajadores observan en la fábrica.
En una segunda comparecencia ante el Senado, un ingeniero de Boeing, Sam Salehpour, declaró que la empresa está tomando atajos en el ensamblaje de los 787 Dreamliners, dejando secciones del forro del avión vulnerables a romperse.
Los senadores han pedido a Boeing una gran cantidad de documentos que datan de seis años atrás. Aunque el director general de Boeing, David Calhoun, no compareció, un portavoz de la empresa aseguró que están cooperando con la investigación legislativa y están dispuestos a proporcionar documentos y sesiones informativas.