Ayarí Zedeño, una migrante venezolana que se encuentra en Ciudad Juárez con su familia, relató cómo han sido atacados por delincuentes incluso estando cerca de la frontera con Estados Unidos. Este temor se ha agudizado con el descubrimiento de los cuerpos de las víctimas, lo que ha generado una sensación de inseguridad generalizada entre la comunidad migrante.
La desconfianza hacia las autoridades mexicanas también es evidente, ya que los migrantes dudan de su capacidad para protegerlos una vez que son asegurados. Zedeño mencionó la preocupación de que algunos funcionarios de migración entreguen a los migrantes a grupos delictivos, lo que aumenta aún más su vulnerabilidad.
La política migratoria de México, que busca perseguir a las personas en movimiento, ha obligado a los migrantes a enfrentarse a numerosos peligros, incluida la exposición al crimen organizado. La falta de acceso a transporte seguro, como autobuses, obliga a los migrantes a caminar largas distancias y a exponerse a situaciones de riesgo.
Gilberto Loya Chávez, secretario de Seguridad Pública del Estado de Chihuahua, advirtió sobre la gravedad del control que los grupos criminales ejercen sobre el tráfico de personas en la región. Más de la mitad de los homicidios en Ciudad Juárez están relacionados con este delito, lo que refleja la peligrosidad de la situación.
La presencia de grupos criminales, como el 'Tren de Aragua' de Venezuela, ha exacerbado la competencia por el tráfico de migrantes en la región, aumentando el riesgo para aquellos que intentan cruzar la frontera.
En medio de estos peligros, los migrantes se enfrentan a situaciones extremadamente difíciles, con largas caminatas por terrenos peligrosos y la constante amenaza de ser atrapados por grupos delictivos. A pesar de los sacrificios y riesgos, continúan en su búsqueda de una vida mejor, aunque enfrenten cada vez mayores obstáculos en el camino.