Sánchez explicó que su decisión fue tomada tras evaluar una campaña de "acoso y derribo" contra él y su esposa, Begoña Gómez. Ante esta situación, decidió seguir adelante para trabajar por la regeneración política y la consolidación de los derechos y libertades en España.
El presidente español describió esta decisión como un "punto y aparte", enfatizando que no significa un fin, sino un nuevo comienzo en su mandato. Destacó que su reflexión personal se basó en considerar si merecía la pena continuar enfrentando las adversidades que ha enfrentado, pero afirmó que seguirá luchando por los valores que considera fundamentales para la sociedad española.
Sánchez mencionó la importancia de la movilización de la mayoría social para contrarrestar la "política de la vergüenza" que, según él, ha prevalecido durante demasiado tiempo en España. Agradeció el apoyo recibido de ministros, dirigentes políticos, militantes y simpatizantes del Partido Socialista, así como de otras fuerzas políticas y sindicatos.
El presidente español también destacó que su decisión no solo se basa en motivos personales, sino que refleja valores compartidos por la sociedad española. Subrayó la necesidad de una reflexión colectiva sobre el tipo de sociedad que quieren ser los españoles, enfocada en erradicar prácticas políticas tóxicas.
Sánchez reconoció que la campaña de descrédito en su contra y la de su esposa continuará, pero reafirmó su determinación de seguir adelante. Agradeció sinceramente las muestras de solidaridad y empatía recibidas durante este período.
La denuncia contra Begoña Gómez, presentada por el Colectivo de Funcionarios Públicos Manos Limpias, fue calificada por Sánchez como parte de una campaña de descrédito de larga data. Afirmó que él y su esposa han enfrentado esta situación durante una década, y reiteró su compromiso de seguir trabajando por el bienestar de España.