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El presidente de Irán, Ebrahim RaisiAsumió la presidencia de Irán tras unas elecciones en las que se presentó como defensor de las clases desfavorecidas y de la lucha contra la corrupción. Raisi ganó en primera vuelta en unos comicios marcados por una alta abstención y la ausencia de rivales de peso.
Antes de convertirse en presidente, Raisi ocupó varios cargos importantes en el sistema judicial iraní, incluido el de fiscal general de Teherán y jefe adjunto de la Autoridad Judicial. También fue designado fiscal general del país en 2014.
Nacido en Mashhad en 1960, Raisi comenzó su carrera como fiscal a una edad temprana, siendo nombrado fiscal general de Karaj a los 20 años, después de la Revolución Islámica de 1979.
Además de su carrera judicial, Raisi también estuvo al frente de la fundación benéfica Astan Quds Razavi, que administra el santuario del Imán Reza en Mashhad y posee un vasto patrimonio industrial e inmobiliario.
Casado con Jamileh Alamolhoda, Raisi es yerno de Ahmad Alamolhoda, una figura religiosa prominente en Mashhad.
Raisi fue una figura controvertida en la política internacional, mostrándose como un firme adversario de Israel y apoyando a Hamás durante el conflicto en Gaza. Fue incluido en la lista negra de dirigentes iraníes sancionados por Estados Unidos por su presunta complicidad en violaciones de derechos humanos.
Durante su presidencia, Raisi enfrentó desafíos internos y externos, pero se comprometió a ser un defensor de la libertad de expresión y los derechos fundamentales de los ciudadanos iraníes. Su muerte marca el final de una era política en Irán y deja incertidumbre sobre el futuro del país.