Para desarrollar y fortalecer la IE, se mencionan algunas habilidades clave:
Autoconciencia: Reconocer y comprender nuestras propias emociones, así como las causas subyacentes de nuestras reacciones emocionales.
Autocontrol: Regular de manera efectiva nuestras emociones, gestionar el estrés, controlar los impulsos y mantener la calma en situaciones difíciles.
Empatía: Ponerse en el lugar de los demás y comprender sus emociones para construir relaciones sólidas y satisfactorias.
Habilidades sociales: Interactuar de manera efectiva con los demás, incluyendo la comunicación asertiva, la resolución de conflictos y el trabajo en equipo.
El artículo enfatiza que la IE puede ser cultivada y fortalecida a lo largo de la vida, lo que nos capacita para navegar las complejidades emocionales y alcanzar una vida más plena y satisfactoria.