López Obrador afirmó durante su rueda de prensa matutina que estas elecciones fueron "la más limpia y más libre que ha existido en la historia", comparándolas incluso con la elección del presidente Francisco Madero a principios del siglo XX.
La candidata oficialista, Claudia Sheinbaum, obtuvo el 59,3% de los votos, frente al casi 28% de la senadora de centroderecha Xóchitl Gálvez, según el escrutinio de 95,2% de las actas.
El presidente también reconoció el derecho de los partidos de oposición, como el PAN, PRI y PRD, que respaldaban a Gálvez, a impugnar los resultados, pero los instó a "respirar profundo" y comprender lo que sucedió.
Por su parte, Gálvez anunció que presentará impugnaciones contra los comicios, alegando el presunto uso del aparato del Estado en favor de su rival.
El líder nacional del conservador PAN, Marko Cortés, también anunció que su partido impugnará los resultados, argumentando que se trató de una "elección de Estado" donde el presidente intervino directamente, violando la Constitución y la ley electoral.
Toda inconformidad en los comicios debe ser dirimida ante los organismos electorales, siendo el tribunal federal especializado la última instancia que califica la validez de las elecciones.