Las empleadas de bancas trabajan en medio de limitaciones.Lisauris González compartió su experiencia tras un robo en la banca donde trabajaba, que resultó en su despido injusto y obligada a pagar el dinero sustraído. Esta situación refleja la vulnerabilidad de las empleadas frente a la delincuencia y la falta de apoyo por parte de los empleadores.
Erika de la Cruz, otra empleada, narró un incidente traumático durante un intento de asalto mientras estaba embarazada, destacando la tensión y el estrés que enfrentan diariamente estas trabajadoras.
El artículo también menciona los bajos salarios, que oscilan entre los 5,000 y los 14,000 pesos quincenales (aproximadamente entre 90 y 250 dólares), insuficientes para cubrir las necesidades básicas y que obligan a algunas mujeres a trabajar en múltiples turnos para sobrevivir.
A pesar de estos desafíos, algunas empleadas encuentran en este trabajo una oportunidad para estudiar u ocuparse de otras actividades, aunque muchas otras ven limitadas sus opciones y se sienten atrapadas en condiciones que describen como esclavitud moderna.
El artículo subraya cómo estas mujeres son un reflejo de las condiciones sociales y económicas más amplias en la República Dominicana, donde las bancas de lotería son una parte integral del paisaje urbano y la vida cotidiana para muchas comunidades.