Trinidad de la Cruz agradece a todos los que hicieron posible su vuelta a casa y a las autoridades del hospital de Constanza, donde la trataron “como a una reina”.Alfonso Alvarez, www.laspalomastv.com
Santo Domingo, RD 10 de julio del 2024
El domingo en la noche, Trinidad de la Cruz, una experimentada senderista con más de 30 años de rutas a su espalda, pensó que su tiempo en la montaña había llegado a su fin. Tras una serie de eventos desafortunados, la mujer de 51 años agradece hoy estar de vuelta en casa y expresa su gratitud hacia las autoridades del hospital de Constanza, donde fue tratada “como a una reina”.
El sábado, Trinidad comenzó su día con la emoción de explorar una nueva ruta entre las presas Pinalito y Blanco en la provincia Monseñor Nouel. Sin embargo, alrededor de las 11:30 de la mañana, se dio cuenta de que se había separado de su grupo, compuesto por unas 30 personas. “Había como una especie de bifurcación y yo miré que para la izquierda había pasos y tomé ese camino. Me desorienté y ahí me sentí perdida”, relata con buen ánimo, a pesar de saber que estaba en peligro.
Gracias a sus amplios conocimientos en senderismo, Trinidad se dirigió a un río cercano para asegurarse de tener agua. “Le pedía a Dios que me diera calma, y me la dio. Sabía que la voz de alerta la darían cuando ellos llegaran a Bonao, que según lo estipulado sería alrededor de las 6:00 de la tarde”. Con esperanza, improvisó un refugio cavando en la tierra y arropándose con una capa que llevaba en su mochila.
La noche del domingo trajo consigo una oleada de desesperación. “No estoy muy segura de dejar de hacerlo, pero le dije a la montaña que me despedía de ella”, confiesa Trinidad, quien admite que el senderismo está en su sangre.
El lunes en la tarde, Trinidad fue rescatada después de que los equipos de búsqueda vieran un “He” escrito en una piedra, indicando su ubicación. Su hermano Rafael de la Cruz fue a su encuentro, y gracias al periodista Adrián Quiroz de Constanza, LISTÍN DIARIO pudo contactarla.
A pesar de ser diabética, Trinidad estaba bien preparada con suero, agua, frutas y otros alimentos para mantenerse con energía. “Cuando se me terminó el suero y el agua, llenaba las botellas del río para siempre tener líquidos y mantenerme hidratada”, explica.
Su fe en Dios y su preparación fueron claves para su supervivencia durante más de 48 horas. Trinidad agradece a todos los que hicieron posible su rescate y regreso a casa, incluyendo a los medios de comunicación, los organismos de rescate y las autoridades del hospital de Constanza.
Encontrada entre las presas Pinalito y Blanco, Trinidad fue llevada al hospital del municipio Constanza, donde permaneció hasta la mañana del martes. Ahora, está en perfecto estado de salud y llena de gratitud por esta nueva oportunidad de vida.