Si lees la Biblia, te liberas
Por Alfonso Alvarez, www.laspalomastv.com
Las Palomas, R.D. 17 de febrero del 2025
Lectura del libro del Génesis (4,1-15.25):
EL hombre conoció a Eva, su mujer, que concibió y dio a luz a Caín. Y ella dijo:
«He adquirido un hombre con la ayuda del Señor».
Después dio a luz a Abel, su hermano. Abel era pastor de ovejas, y Caín cultivaba el suelo.
Pasado un tiempo, Caín ofreció al Señor dones de los frutos del suelo; también Abel ofreció las primicias y la grasa de sus ovejas.
El Señor se fijó en Abel y en su ofrenda, pero no se fijó en Caín ni en su ofrenda; Caín se enfureció y andaba abatido.
El Señor dijo a Caín:
«Por qué te enfureces y andas abatido? ¿No estarías animado si obraras bien?; pero, si no obras bien, el pecado acecha a la puerta y te codicia, aunque tú podrás dominarlo».
Caín dijo a su hermano Abel:
«Vamos al campo».
Y, cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.
El Señor dijo a Caín:
«Dónde está Abel, tu hermano?».
Respondió Caín:
«No sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano?».
El Señor le replicó:
«¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano me está gritando desde el suelo.
Por eso te maldice ese suelo que ha abierto sus fauces para recibir de tus manos la sangre de tu hermano.
Cuando cultives el suelo, no volverá a darte sus productos. Andarás errante y perdido por la tierra».
Caín contestó al Señor:
«Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Puesto que me expulsas hoy de este suelo, tendré que ocultarme de ti, andar errante y perdido por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará».
El Señor le dijo:
«El que mate a Caín lo pagará siete veces».
Y el Señor puso una señal a Caín para que, si alguien lo encontraba, no lo matase.
Adán conoció otra vez a su mujer, que dio a luz un hijo y lo llamó Set, pues dijo:
«Dios me ha dado otro descendiente en lugar de Abel, asesinado por Caín».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 49,1.8.16bc-17.20-21
R/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza
V/. El Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca la tierra de oriente a occidente.
«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí. R/.
V/. ¿Por qué recitas mis preceptos,
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos? R/.
V/. Te sientas a hablar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu madre;
Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara». R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,11-13):
EN aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor.
MENSAJES:
MENSAJE ESPIRITUAL DE LA PRIMERA LECTURA:
La historia de Caín y Abel nos muestra la lucha entre el bien y el mal en el corazón humano. Dios no rechaza a Caín como persona, sino su actitud. El resentimiento y la envidia lo llevan al pecado, pero Dios le advierte que puede dominar esa tendencia. Sin embargo, Caín cede a su enojo y comete el primer asesinato de la historia. La misericordia de Dios se muestra cuando le da una señal para proteger su vida, incluso después de su pecado.
MENSAJE ESPIRITUAL DEL SALMO:
El Señor no se complace en sacrificios vacíos, sino en un corazón sincero que lo alabe con fidelidad. La hipocresía es rechazada, pues Dios conoce nuestras intenciones y exige coherencia entre nuestras palabras y acciones.
MENSAJE ESPIRITUAL DEL EVANGELIO:
Los fariseos piden una señal a Jesús, pero su incredulidad los ciegos. Jesús no accede a su exigencia, pues su mensaje no depende de señales espectaculares, sino de la fe genuina. Dios nos habla a través de su Palabra y su presencia en nuestra vida, pero muchas veces exigimos pruebas en lugar de confiar en Él.
REFLEXION FINAL:
Dios nos invita a la conversión, a reconocer nuestros errores ya alejarnos de la envidia, la hipocresía y la falta de fe. Caín pudo haber cambiado su actitud, pero eligió el resentimiento. Nosotros también tenemos la opción de transformar nuestro corazón y vivir en la gracia de Dios. En el evangelio, Jesús nos recuerda que la fe no necesita signos extraordinarios, sino una confianza sincera en su amor.
🔹 ¿Dónde está nuestro corazón hoy? ¿En la envidia y la soberbia de Caín o en la humildad y la confianza en Dios?
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