Una imagen proporcionada por los medios del Vaticano muestra al papa León XIV celebrando la Misa con los cardenales electores en la Capilla Sixtina en la Ciudad del Vaticano, el 9 de mayo de 2025. (EFE/EPA/VATICAN MEDIA)León XIV, quien asumió el papado el pasado jueves, tiene en su haber una larga carrera como obispo en Perú, donde enfrentó directamente el escándalo de abusos sexuales en su diócesis. Su paso como obispo de Chiclayo, desde 2013 hasta 2025, estuvo marcado por controversias. A pesar de algunos esfuerzos para abordar las acusaciones de abuso, las organizaciones como la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP) y Bishop Accountability han expresado preocupaciones sobre la falta de transparencia y el manejo inadecuado de varios casos.
Una de las principales críticas a su gestión en Perú es que, durante su mandato, no hizo públicos los nombres de los sacerdotes acusados de abusos. Según denuncian las víctimas y sus representantes, Prevost no realizó investigaciones adecuadas, permitiendo que algunos de los acusados siguieran ejerciendo sus funciones dentro de la Iglesia. En uno de los casos más señalados, se acusa que, a pesar de las denuncias de abuso, Prevost no tomó medidas y envió información incompleta a Roma, lo que permitió que el sacerdote denunciado continuara oficiando misas.
Este historial ha generado dudas sobre su compromiso para erradicar el abuso dentro de la Iglesia. Anne Barrett Doyle, codirectora de Bishop Accountability, ha señalado que León XIV deberá demostrar si realmente convertirá la lucha contra el abuso en una de sus prioridades más altas. En su opinión, la falta de acción contundente en el pasado no inspira confianza.
Sin embargo, no todo ha sido negativo. El papa Francisco, su predecesor, ordenó la intervención del Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), una organización ultraconservadora peruana acusada de abusos sexuales durante varias décadas. Para muchos, el papel de Prevost en la disolución del SCV se considera un precedente positivo. Pedro Salinas, una de las víctimas del Sodalicio, destacó la contribución de Prevost en la resolución de este caso como un “gesto extremadamente importante” hacia la justicia.
No obstante, el nuevo papa se enfrenta a un panorama global desafiante. En muchas regiones del mundo, especialmente en Asia y África, el tema de los abusos sexuales dentro de la Iglesia sigue siendo un tabú, lo que complica aún más la lucha por erradicar el abuso. A nivel europeo, algunos países, como Italia, aún no han comenzado investigaciones independientes de los casos de abusos.
Las organizaciones de víctimas han sido claras en sus exigencias. SNAP, por ejemplo, ha pedido a León XIV que implemente medidas decisivas en sus primeros 100 días de papado, como una ley universal de tolerancia cero en el derecho canónico y un fondo de reparación para las víctimas.
El papa León XIV hereda una situación compleja, pero tiene la oportunidad de escribir un nuevo capítulo en la lucha contra los abusos en la Iglesia. Su postura y decisiones serán cruciales para determinar el futuro de la institución y su relación con las víctimas de abuso.
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